BA-LON-CES-TO



Aunque soy fundamentalmente futbolero, el baloncesto siempre ha ocupado y sigue ocupando un lugar destacado entre mis gustos.

Y es que la primera vez que acudí a un evento deportivo fue a un partido de baloncesto entre el Real Madrid y el Estudiantes, allá por el año 82-83, en el viejo pabellón de la Ciudad Deportiva. 

Tanto me gustó, tan bien me lo pasé, me divertí tanto ... que ya no pude dejarlo.

Es tal el carrusel de emociones que se viven durante un partido que algunas veces puedo decir que he acabado realmente cansado. 

Recuerdo un torneo de la Comunidad de Madrid que se jugó en el recién estrenado Polideportivo de la Dehesa en Las Rozas, en el que, al final del partido, saltamos a la cancha compartiendo la misma con los propios jugadores (lástima que los teléfonos móviles aún no se hubieran inventado) Comprobar que tu pie no era ni la mitad del pie de Romay ... no tenía precio. Eso sí, acabamos todos con dolor de cuello ... 


Ni siquiera la "época oscura" durante la cual no ganábamos ni el Torneo de la galleta, hizo que mermara mi afición. Que te voy a contar ahora que, encima, ganamos y todo.


Coincide esta primera entrada sobre baloncesto, con la clasificación del Real Madrid para la final de la Liga ACB, en lo que será su 5ª final consecutiva y después de eliminar al Valencia Basket 



Qué mejor final que ganarla para acabar el curso ... y mucho más siendo el Barça el rival ... vamos digo yo.

Ya os iré contando.

En fin. ES LO QUE HAY.




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